Ordena tu armario al estilo minimalista: consejos para siempre encontrar qué ponerte

Cómo ordenar tu ropero de forma rápida y efectiva

Sofía regresa a casa y abre su ropero, está cansada de verlo lleno y aún así no tener qué ponerse. Quiere quedarse solo con la ropa que de verdad le gusta, que la hace verse y sentirse bien, y desechar todo lo demás.

¿Qué opciones tiene? Puede sacar cada pieza de ropa una por una, verla con cuidado y decidir si quedarse o no con ella. Si no le queda bien, la saca. Si no es cómoda, la saca. Si ya no le gusta, la saca. Pero tomar estas decisiones cansa, lo más probable es que le tome mucho tiempo y termine sacando solo dos blusas, un par de pantalones y un vestido manchado. Todo lo demás sigue en el ropero.

Afortunadamente, hay una manera más efectiva de deshacerse de la ropa, un truco que usan los minimalistas y que también puede ayudarnos a ordenar el ropero.

La técnica de los minimalistas

El primer paso es recoger toda tu ropa en un solo lugar. Es decir, sacar toda la ropa que tienes en el ropero y traer la ropa de la lavandería, sin importar si está sucia. También incluyes la ropa que tienes puesta.

En lugar de pensar en qué sacar, buscas solo las piezas de ropa que te encantan, aquella que te hace sentir bien. Piensa si te sentirías bien con ella puesta, si en este momento te cruzaras con tu ex novio o si te reencontrarás con tus compañeros de la secundaria.

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¿Cuántas piezas de ropa tienes que te encanten? ¿5, 10, 15? Estas son las que guardarás en tu ropero.

¿Y qué hacer con la pila de ropa que se quedó fuera? La guardas en un saco o en una caja, no las botes, no las vendas ni regales aún. La idea es ordenar tu ropero rápidamente, sin necesidad de pensar en qué tirar, porque deshacerse de las cosas es difícil y no queremos que esto nos impida tomar acción.

Ahora bien, los sacos o cajas de ropa los guardamos fuera de nuestra vista, en el sótano, en el garaje o en cualquier otro lugar de difícil acceso.

El experimento

Desde que te despiertas hasta la hora de acostarte, usas solo la ropa que se quedó en tu ropero. El efecto es instantáneo, en tu ropero hay orden porque te quedaste con poca ropa y te ves arreglado/a todos los días porque vistes tu mejor ropa.

Es muy probable que la ropa que dejaste no sea suficiente. Es posible que tengas un día de campo con tus padres pero no encuentres un suéter en tu clóset, o una cita con tu pareja pero no encuentres un vestido y zapatos elegantes. En ese caso, piensa si entre la ropa guardada en los sacos o cajas está esa pieza que necesitas. Si es así, ve por ella; si no, entonces sabes qué ropa buscar.

Con el tiempo, el ropero se llenará de nuevo, pero solo con la ropa que te hace sentir bien. Seguramente, en cantidades menores que antes. Es mejor tener calidad en lugar de cantidad.

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Qué hacer con la ropa que ya no utilizas

Si han pasado meses y en los sacos sigue habiendo ropa sin sacar, entonces puedes deshacerte de ella sin sentirte culpable. Si está en buen estado, puedes venderla o donarla. A veces, vale la pena ofrecer un conjunto, por ejemplo, 15 piezas de la misma talla, ya que esto puede acelerar el proceso de vaciar los sacos. También puedes poner tu ropa en contenedores de ropa usada que se encuentran en algunas ciudades.

Sin importar cómo lo hagas, la decisión más difícil de cuál ropa se desecha y cuál se queda ya está tomada.

Así que la próxima vez que quieras ordenar tu ropero, usa el truco de los minimalistas. En lugar de sacar cada pieza de ropa y decidir cuál ya no sirve, recoge toda en un lugar y elige la que te encanta. Empaca todo lo demás y esconde lo de tu vista, para experimentar si puedes vivir sin ello. Esto hace que el proceso de ordenar la ropa sea mucho más rápido y agradable.

Pruébalo y cuéntanos cómo te fue.

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