10 Hábitos de las Personas Ahorradoras
Alguna vez te has preguntado cómo otras personas consiguen ahorrar dinero y vivir bien. Puede que pienses que esas personas usan trucos de magia, pero no es así. Tan solo ponen en práctica buenos hábitos financieros y de consumo. Las personas ahorradoras se limitan a comprar únicamente lo que necesitan, mientras que los derrochadores gastan en cosas que no necesitan y un día terminan necesitando lo que no pueden comprar.
A continuación, veremos 10 hábitos que distinguen a las personas que ahorran de aquellas que no lo hacen, ahondaremos en los beneficios de aplicar estas técnicas y por qué debes ponerlas en práctica si quieres alcanzar tu bienestar financiero.
Mantienen las cuentas claras
Micaela es una joven de 18 años que recientemente comenzó a trabajar. Luego de recibir su primer sueldo, lo primero que hizo fue ir al centro comercial y comprarse un bonito vestido y unos zapatos. Durante los siguientes días, hizo lo mismo: ordenó comida a domicilio, llevó a su madre a comer a un restaurante y salió a bailar con sus amigas. A mitad de mes, Micaela abrió su cartera y se dio cuenta de que ya no tenía más dinero y todavía faltaban dos semanas para cobrar su sueldo. No le quedó otra opción que pedir dinero prestado a su madre. Veamos el caso de Miguel, un hombre de 30 años y el principal sostén económico de su familia.
Él es dueño de una pequeña lavandería y le va bien. Es capaz de ahorrar cierta cantidad de dinero mes a mes. Miguel lleva un control de sus finanzas y sabe que hacerlo es clave para mantenerlas en orden. Cada ingreso y egreso lo anota por más pequeño que sea. Es muy claro para él que sus egresos nunca deben superar sus ingresos. Conocer de forma minuciosa sus movimientos financieros le permite designar los fondos a ahorrar. Al mismo tiempo, llevar un control de sus finanzas le permite ver al finalizar el mes cuáles fueron esos gastos innecesarios que podría haber evitado y de esa forma corregirlo en los meses siguientes. Vemos cómo Miguel, a diferencia de Micaela, lleva un control de sus finanzas, lo que le permite ver qué gastos modificar e incluso administrar mejor sus ingresos dependiendo de la fecha del mes en la que se encuentre.
Planteamiento de metas
Es normal que a las personas ahorrativas se les denomine «tacañas», pero la verdad es que las personas que ahorran hacen un mejor uso de su dinero porque tienen un propósito detrás. Para ahorrar, es necesario plantearse metas u objetivos. Si no tienes metas, ¿cómo sabrás qué cantidad de dinero ahorrar? Sin objetivos claros y alcanzables, ¿qué te motivará a ahorrar? ¿Quieres ir de vacaciones a ese destino con el que siempre soñaste? ¿Te gustaría comprar ese carro que deseas o quizás quieres realizar alguna renovación en el hogar? El planteamiento de metas te permite saber dónde estás y hacia dónde ir, para así trazar un camino.
Tener una lista de deseos
Laura es una apasionada de la fotografía desde joven. Disfruta de capturar cualquier momento para hacerlo inolvidable. Recientemente, tomó la decisión de adentrarse por completo en la fotografía y de manera profesional. Sin embargo, se sintió un poco triste al comprender que muchas de las cosas que necesitaría, como lentes, la cámara último modelo o el trípode, tienen un alto costo. En un primer momento, frustrada, casi desiste de su sueño. Pero luego, motivada por su gran pasión, resolvió hacer una lista de deseos con las cosas que quiere comprar. En ella, anotó de manera ordenada el equipo fotográfico que quiere tener.
Este nuevo hábito le permite dos cosas muy importantes. En primer lugar, evita las compras impulsivas, porque aquello que no figure en la lista simplemente no es importante para el objetivo que busca alcanzar, así que no lo compra. Asimismo, hace que esté más pendiente de ciertas ofertas o rebajas de artículos. De este modo, puede adquirirlos a un menor precio. Poco a poco, logra ahorrar dinero evitando gastos innecesarios. Al cabo de unos meses, ya tenía suficiente dinero para comprar la cámara, al otro el trípode y, así, inició un estudio fotográfico en su casa.
No temen ensuciarse las manos
A la gente altamente ahorrativa no le importa ensuciarse las manos. Tener disposición para reparar las cosas por sí mismos y, si no saben cómo hacerlo, buscar la forma (por ejemplo, con tutoriales) es una práctica muy productiva. Esto no quiere decir que nunca vayan a necesitar a un profesional. Siempre que esté dentro de sus posibilidades, buscarán repararlo por ellos mismos. Pero si es algo complejo que les quitará mucho tiempo o que no logran realizar, no dudarán en solicitar los servicios de un tercero para que los ayude. Es una práctica muy productiva, puesto que permite el ahorro de dinero a la vez que se adquieren nuevos conocimientos.
No por nada, entre la gente ahorrativa, encontramos personas que se dan mucha maña y son capaces de reparar o solucionar casi cualquier desperfecto en su hogar.
No compran productos de baja calidad
A diferencia de lo que se pudiera creer, las personas ahorrativas no compran productos de baja calidad solo porque sean baratos. Saben que al adquirir un producto así se estarían arriesgando a que se dañe y que deban cambiarlo al poco tiempo, gastando aún más dinero. La gente ahorrativa busca ahorrar exclusivamente cuando sea necesario, adquiriendo artículos de segunda mano, como prendas de vestir. Sin embargo, están abiertos a comprar cosas nuevas y de alto costo, en especial aquellas que deberán usar mucho tiempo, como un electrodoméstico, muebles para el hogar o equipo de trabajo.
La filosofía detrás de este hábito es que «comprar barato no es ahorrar», porque muchas veces lo barato sale caro.
Comparan precios
Una persona altamente ahorrativa no se lanza a comprar un producto solo porque está en oferta o rebaja. Lo que hace es comparar precios. Se toma el tiempo y va a otros lugares o ingresa en tiendas online donde puede hallar el mismo producto pero más económico y obviamente sin sacrificar la calidad. Tal vez pueda parecer tedioso, pero si le dedicas unos minutos a buscar en otros sitios, muy frecuentemente encontrarás los mismos productos o similares a un precio más reducido. Ese dinero extra se puede ahorrar o destinarse para otros fines.
Veamos el ejemplo de Clara, una chica de 25 años que quiere un nuevo teléfono porque el suyo está funcionando algo mal. En mente tiene un teléfono último modelo de una de las mejores marcas, así que decide ir a varias tiendas de celulares buscando el que ella quiere. En su recorrido, se percata de que en un establecimiento está el móvil que ella busca. Sin embargo, decide caminar un poco más tratando de encontrarlo aún mejor precio. Luego de recorrer varias tiendas, ingresa a una donde se encuentra el teléfono móvil que ella busca y es donde se encuentra más barato. Pero hay otro teléfono que le llama la atención, no es el que ella buscaba y, si bien la cámara no tiene tanta definición, las características son muy parecidas y lo mejor de todo es que está con un 50% de descuento. Luego de una profunda reflexión, decide comprarlo. Y aun cuando no haya sido el teléfono que ella quería, elige el otro porque está a mitad de precio y hace exactamente lo mismo. Ella utiliza la cámara como hobby para selfies y subirlas a redes sociales, no precisa que tenga tanta definición. Clara comprendió que si no hubiera seguido buscando en otros negocios, no hubiese podido hallar la oferta del teléfono. Concluyó que de ahora en adelante se tomará el tiempo de visitar otros lugares, puesto que puede encontrar oportunidades más ventajosas. Esta práctica aplica para todo tipo de artículos o servicios y casi siempre la gente ahorrativa logra su propósito y los consigue a un mejor precio.
Preparan su propia comida
Comer fuera de casa y compartir con amigos en un restaurante no está nada mal, todo lo contrario, forma parte de las buenas relaciones. El problema surge cuando lo haces con mucha frecuencia, cuando se te hace costumbre y notas que tu dinero no te rinde lo suficiente. Una persona ahorrativa prepara su propia comida e incluso cocina para llevar al día siguiente a su trabajo. No se privan de salir con amigos, más bien saben hacerlo con moderación y sin caer en excesos que perjudiquen su balance a fin de mes.
Aplican la regla de las 24 horas
La mayoría de las compras que haces son emocionales. Pero si quieres convertirte en una persona ahorrativa, tienes que actuar de forma más objetiva y frenar tus impulsos. Una persona ahorradora aplica la regla de las 24 horas. Esto consiste en esperar todo un día antes de hacer una compra no esencial. Te gustaron unos zapatos que viste, te gustaría comprar los audífonos que hallaste en la tienda, tómate un momento y piensa si realmente es esencial lo que deseas. Tómate 24 horas y luego pregúntate si realmente lo sigues deseando.
En casi todas las ocasiones, te darás cuenta de que eso que en un principio te fascinó no es realmente muy importante. ¿Cuál es el beneficio de esta regla? Que al tomarte 24 horas para reflexionar, sabrás si en verdad lo necesitas o únicamente lo quieres. Con esto, evitarás compras impulsivas y gastar dinero de más.
Negocian y no les da pena pedir rebajas
Una cualidad de una persona ahorrativa, y que todos deberíamos poner en práctica, es la capacidad de negociación. Regatean, piden rebajas y no les avergüenza hacerlo. Están conscientes de que casi siempre es posible obtener un descuento por un producto o servicio, pero hay que tener cierto control y conocimiento, porque algunas veces el precio puede ser el correcto y no sería justo pedir que lo abaraten. En la mayoría de los casos, siendo elocuentes y teniendo esa chispa de convencimiento, podrás negociar un descuento y ahorrarte cierta cantidad de dinero.
Evitan gastos innecesarios
Las personas ahorradoras evitan gastar en artículos que saben que no necesitan. Si bien un gasto pequeño parece insignificante y que no afecta el bolsillo, lo cierto es que sumado son una gran cifra de dinero. Vamos a conocer la historia de José, un trabajador que cada día se levanta para ir a trabajar. De camino a su oficina, todos los días tiene la rutina de comprar un café. Cuando va al supermercado, no puede evitar pasar por la góndola de las golosinas y comprarse unos cuantos dulces. Luego, caminando por la calle, ve en el escaparate de una tienda una remera de su serie favorita. Y si bien no la necesita, como está en oferta, la compra.
Muy cerquita de finalizar el mes, se da cuenta de que su billetera está vacía y que el dinero no le rindió lo que esperaba. Decide llevar un registro con los gastos que ha hecho y se percata de esos pequeños gastos que consideraba sin importancia. Sumados, se convirtieron en cantidades considerables de dinero. Desde entonces, se propone tener un mejor control de sus finanzas y evitar comprar cosas que no necesita, para que así su dinero le rinda lo suficiente.
Estos han sido los principales hábitos de las personas altamente ahorradoras. Cuéntanos qué te ha parecido el artículo y si tienes alguna sugerencia, déjanosla en los comentarios. ¡Recuerda compartirlo con tus amigos para ayudarlos en su educación financiera! También te dejamos otros artículos similares que podrían resultarte interesantes. Si te gustó, regálanos un «me gusta», suscríbete y activa la campanita de notificaciones para que YouTube te avise cada vez que subimos nuevo contenido. ¡Nos vemos en el próximo artículo!