5 estrategias inteligentes para responder de manera efectiva a los insultos

Reaccionar ante un insulto: Cómo imponer respeto sin ser agresivo

Seguro estarás de acuerdo conmigo en que hay pocas cosas tan molestas como el zumbido de un mosquito. La semana pasada compré una raqueta eléctrica para matarlos y ahora estoy como un niño con un juguete nuevo, esperando a que aparezcan para usar mi nueva arma. Pero este caso me hace recordar cuando empecé a estudiar cómo reaccionar ante un insulto.

Al principio, estaba impaciente por recibir oportunidades para poner en práctica mis técnicas. Quería que alguien se atreviera a insultarme o intentara ridiculizarme. Desafortunadamente, cada vez tengo menos y menos oportunidades, ya que la gente aprende y deja de meterse conmigo.

Aunque cuando se me presenta la ocasión, no me siento nervioso, sino confiado, porque sé cómo reaccionar ante una agresión. Espero que con el tiempo, los mosquitos también aprendan su lección y vayan a molestar a alguien más. Pero bueno, en este artículo compartiré contigo lo que he aprendido. Vamos a analizar tres situaciones distintas y cómo reaccionar para imponer respeto sin ser agresivo en cada una.

Caso número uno: Insulto de alguien de poca confianza

Comencemos con la teoría. Cuando alguien que molesta a los demás agrede a alguien por primera vez, debe decidir, dependiendo de la reacción de su víctima, cómo va a actuar en el futuro. Se están preguntando si pueden seguir molestando a esa persona o si deben buscar a alguien más. En otras palabras, te están midiendo y evaluando si eres una presa adecuada. Por eso, debes estar preparado para darles la señal correcta: «Conmigo no te metas».

En la práctica, si te hicieron un comentario agresivo que te molesta, no te rías. La risa proyecta nerviosismo e inseguridad, y le das autorización no verbal al agresor para burlarse de ti nuevamente. La primera regla es: si no te gusta, no te rías.

En segundo lugar, al menos la primera vez, no devuelvas la agresión. Devolver el insulto solo demuestra que te han ofendido, y el agresor interpreta que eres fácil de provocar. Y alguien fácil de provocar es la víctima perfecta. Al menos la primera vez que te insulten, no devuelvas la agresión.

Tercero, no te justifiques. Cuando te justificas, estás reconociendo que el otro tiene autoridad para cuestionarte. Imagina que estás platicando con un amigo y de pronto llega un compañero a burlarse de ti. Si te justificas, estás dando una respuesta débil. Por ejemplo: «Reírte y después justificarte: ‘Lo compré porque estaba en descuento'». Analicemos lo que estarías comunicando: risita nerviosa que demuestra que te intimida y justificarte por la oferta. Esto implica que tienes razón, que tu abrigo es ridículo.

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Hasta ahora hemos revisado lo que no tienes que hacer cuando alguien te agrede por primera vez: no te rías, no devuelvas la agresión, no te justifiques.

Pero, ¿qué es lo que sí tienes que hacer? ¿Cómo se vería una respuesta sólida en un caso como este? Aquí empieza lo bueno.

Paso uno: Vuelve a mirar a tu agresor por un segundo como si le pareciera rarísimo lo que acaba de decir. Este gesto comunica que lo has escuchado, pero que su comentario está fuera de lugar.

Paso dos: Ignóralo y continua con lo que estabas haciendo o con la conversación que estabas teniendo, como si nada hubiera pasado. Este gesto proyecta que lo que dijo no tuvo impacto en ti. En conjunto, los pasos uno y dos comunican que su comentario no te afecta y está fuera de lugar. Tu agresor se sentirá incómodo y un poco tonto por haber dicho lo que dijo. Pero tú no te sientas mal, no le has faltado al respeto y no fuiste agresivo con él.

Para ilustrar mejor tu respuesta, volvamos a nuestro ejemplo. Estás platicando con un amigo y de pronto llega un compañero a burlarse de ti y decirte: «¿Ese abrigo de dónde lo sacaste? ¿De tu abuelo?». Tú te detienes y vuelves a mirarlo como preguntándote qué rayos le pasa. Te parece absurdo lo que acabas de vivir. Después te encoges de hombros, le sonríes a tu amigo y sigues hablando como si nada. ¿Te das cuenta? Ponte en los zapatos de tu agresor. ¿Cómo crees que se sentiría? Y lo más importante, si tú fueras él, ¿volverías a insultar a alguien que responde así? Claro que no.

Usa esta primera técnica cuando alguien de poca confianza te insulte levemente por primera o segunda vez. Es efectiva porque, sin ser agresivo, evitas que se repitan en el futuro.

Caso número dos: Ataque público en una red social

Ha pasado a muchos de nosotros. Alguien lanza un comentario con la intención específica de ridiculizarnos públicamente. Por ejemplo, subes una foto en traje de baño en Facebook y alguien comenta: «Niña, papá que te vas a enfermar XD». Evidentemente, esta persona no está preocupada por que puedas resfriarte, su intención es ridiculizarte públicamente e insinuar que tu vestimenta y tu moral son inapropiadas.

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La respuesta que le demos a esta persona depende de quién haya escrito la agresión. Si la persona no es importante para ti y solo está de relleno en tu lista de amigos, bloquéala y elimina su comentario. «Una persona tóxica, si no suma, al menos no reste». Si la persona es importante para ti o no puedes eliminarla, tienes dos opciones.

Opción A: ser compasivo. Esta opción es buena si es la primera vez que te agrede. Borra el comentario y escríbele un mensaje privado diciéndole: «Fulanita, sé que no lo hiciste con mala intención, pero tu comentario me incomoda y decidí eliminarlo. ¿Estás bien con eso?». Nueve de cada diez veces, Fulanito te pedirá disculpas y no volverá a molestarte. Él sabe que su intención no era buena, por lo tanto, se sentirá incómodo en la intimidad de un mensaje privado.

Si no es la primera vez que te hace un comentario así o no quieres ser compasivo, te sugiero exponerlo públicamente. Haz clic en «responder» y escribe: «No entiendo cuál es tu intención con este comentario. Pueden verlo tú, yo y todos. Es obvio que tus intenciones son venenosas». Se sentirá muy incómodo porque lo habrás expuesto públicamente. Tu respuesta no solo evitará que se repita en el futuro, sino que también servirá como advertencia para otros. Ni modo, alguien tenía que servir como ejemplo. Ahora es tu turno.

Si tienes alguna técnica o experiencia que quieras compartir con la comunidad, hazlo en los comentarios. Te aseguro que si te ha servido a ti, también le servirá a otros.

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