Cómo decir no cuando alguien te pide un favor o cómo rechazar una invitación de un amigo
Seguramente no quieres que la otra persona se sienta mal, pero tu día no tiene horas ilimitadas para aceptar todas las propuestas e invitaciones. A continuación, te mostraré cuatro ejemplos de cómo decirlo de una manera amigable.
Ejemplo 1: Felipe y las invitaciones
Felipa tiene muchísimas amigas y recibe invitaciones para salir con frecuencia. Esta semana, por ejemplo, tiene el cumpleaños de su compañera de trabajo. Antes, Felipe aceptaba todas las invitaciones, aunque no le gustaran las fiestas grandes, para evitar ser considerada como una persona antisocial. Pero ahora responde de la siguiente manera:
«Es muy amable que hayas pensado en mí, gracias. Sin embargo, no puedo asistir este día. Quizás celebramos juntas con una salida al cine el próximo sábado.»
Lecciones aprendidas de Felipe: al recibir una invitación que no quieres o no puedes aceptar, primero da las gracias y después propón algo que puedan hacer juntos. De esta forma, si la otra persona acepta tu propuesta, harán algo que te gusta, y si no lo acepta, nadie puede cuestionar tu decisión.
Ejemplo 2: Ana y el trabajo
Ana tiene un día muy ocupado en el trabajo y se pregunta si aún hay esperanzas de salir temprano a casa y pasar un poco de tiempo con su familia. Cuando su jefa llega y le asigna nuevos documentos, Ana puede decir no de la siguiente manera:
«Entiendo, sé que es importante y con gusto voy a hacerlo. Dígame por favor de cuáles de las tareas actuales debo renunciar para poner en este nuevo trabajo toda mi atención y energía.»
Esta fórmula permite a Ana plantear la realidad de su carga de trabajo y priorizar sus tareas. Así, evita trabajar sin compensación adicional y se asegura de que su jefa comprenda la situación.
Ejemplo 3: Virgilio y sus hijos
Virgilio buscó la mejor manera de decir no a sus hijos cuando le presionan para comprar o hacer algo que no le gusta. En lugar de negar la propuesta de inmediato, lo hace de esta manera:
«Déjame pensar en ello»
Con esta respuesta, Virgilio gana tiempo para considerar si realmente quiere hacerlo o no. Puede responder después de una hora o al día siguiente. Incluso si la respuesta es no, al menos sus hijos saben que su solicitud fue analizada. Puedes usar esta estrategia para reducir la presión emocional del momento y encontrar buenos argumentos que respalden tu decisión.
Ejemplo 4: Nelson y las conferencias
Nelson, un empresario que recibe muchas invitaciones para entrevistas y participar en conferencias, encontró una forma de decir no sin quedar mal. Aunque le encantaría reunirse con todos, su tiempo no se lo permite. Así que dice:
«Lo siento, pero cada principio de año elijo solo dos conferencias a las que voy a participar y no puedo aceptar más. Confío en que entiendan»
Nelson elige una o dos conferencias que van de acuerdo con sus prioridades y metas. De esta manera, es más fácil decir no a todas las demás invitaciones y las personas lo entienden, ya que respetan que él tiene sus propias prioridades. Es importante no mentir al decir no, ya que las personas pueden sentirse molestas al ver que dices no a ellos mientras dices sí a los demás.
Conclusión
Diciendo no, puedes simplificar tu vida y darte más tiempo para las cosas importantes. Para lograrlo, identifica tus prioridades, cuestiona si cada acción se ajusta a ellas y aprende a decir no de forma amigable. Si te interesa profundizar en este tema, te animo a leer el resumen del libro «El arte de decir no», donde aprenderás por qué es importante poner límites en las áreas de nuestra vida. ¡Te espero en Aprendiz Libros! Saludos y nos vemos la próxima semana.