¿Comprarías un producto más caro solo por ahorrar unos dólares?
Imagina que estás en una tienda buscando una camisa que te gusta. Encuentras una que tiene un precio de 15 dólares, pero antes de ir a pagar, otro cliente te dice que ha visto la misma camisa en otra tienda al otro lado de la calle por 10 dólares. ¿Qué haces? ¿Compras la camisa por 15 dólares o caminas hasta la otra tienda para comprarla por 10 dólares?
En un segundo escenario, estás buscando un traje en la misma tienda. Encuentras uno que te gusta por 125 dólares, pero justo cuando vas a pagarlo, alguien te informa que en otra tienda puedes conseguir el mismo traje por 120 dólares. ¿Lo compras por 125 dólares o vas a la otra tienda para ahorrar 5 dólares?
Seguramente, en el primer caso, irías a la otra tienda para comprar la camisa por 10 dólares y ahorrar 5 dólares. Sin embargo, en el segundo caso, probablemente te quedarías con el traje de 125 dólares. De hecho, según un estudio, el 68% de las personas entrevistadas elegirían ir a la otra tienda para pagar 10 dólares en lugar de 15. Pero solo el 30% estaría dispuesto a ir a la otra tienda para pagar 120 dólares en lugar de 125.
¿Por qué actuamos así? Esto se debe a que tendemos a pensar en los precios de forma relativa en lugar de absoluta. Aunque el ahorro sea el mismo en ambos casos, 5 dólares parece más atractivo en comparación con el precio de 15 que en comparación con el precio de 125. Pero esto no es lo único que determina cuándo estamos dispuestos a gastar más.
La percepción del dinero
50 dólares no son iguales a 50 dólares. Imagina que estás caminando por la calle y ves un billete de 50 dólares en el suelo. Lo recoges y notas que no hay nadie cerca. Los 50 dólares son tuyos. Si eres como la mayoría de las personas, pensarías rápidamente en cómo gastarlos. Tal vez entrarías a una tienda de ropa o irías al cine y luego a comer algo rico que normalmente te parecería caro.
Pero si esos 50 dólares fueran tu salario y tuvieras que trabajar 2 o 3 días completos de 10 horas para ganarlos, probablemente no estarías tan dispuesto a gastarlos de la misma manera. Para pagar cierto plato de comida, tendrías que trabajar un día entero. Aunque sean los mismos 50 dólares, nos resulta más fácil gastar el dinero que ya hemos ganado fácilmente que el dinero que todavía no hemos ganado.
Esta es una de las razones por las que muchas personas prefieren pagar sus compras con tarjeta de crédito en lugar de pagar en efectivo. También entra en juego otro aspecto: el límite de la tarjeta de crédito. Al llevar contigo una cantidad considerable de dinero, te resulta más fácil gastar.
Las emociones y nuestras decisiones
Otro experimento interesante revela cómo las emociones influyen en nuestras decisiones. Durante mucho tiempo, los economistas afirmaron que somos seres racionales y que nuestras decisiones se basan en hechos. Pero resulta que estaban equivocados. Veamos dos escenarios:
Escenario 1: Te regalan mil dólares y debes decidir si quieres recibir 500 dólares más o jugar a cara o cruz, con un 50% de probabilidad de ganar 1000 dólares o no ganar nada.
Escenario 2: Te regalan 2000 dólares y debes decidir si quieres regresar 500 dólares o jugar a cara o cruz, con un 50% de probabilidad de perder 1000 dólares pero, si ganas, te quedas con tus 2000.
Si fuéramos seres racionales, tomaríamos la misma decisión en ambos casos. Sin embargo, la mayoría de las personas prefieren recibir los 500 dólares seguros en el primer escenario y arriesgarse en el segundo escenario. Esto se debe a nuestra aversión al riesgo. Valoramos más lo que ya tenemos y tenemos miedo de perderlo, que las ganancias futuras. Además, el punto de partida también influye. Si comenzamos con 2000 dólares, nos cuesta más perderlos.
Esto explica por qué estamos dispuestos a gastar más cuando tenemos más dinero disponible. Pagar 200 dólares en ropa es más fácil cuando tenemos 1000 dólares en el bolsillo que cuando solo tenemos 250. A pesar de que la cantidad gastada es la misma, hemos caído en el efecto de precios relativos.
Es importante tener en cuenta estos aspectos al tomar decisiones financieras. Comparte tus experiencias en los comentarios. Si estás interesado en aprender más sobre finanzas u otros temas, tengo una oferta que podría beneficiarnos a ambos. Audible me dio un enlace que, si lo usas, nos dará algunos dólares. Tú recibirás el audiolibro que quieras de forma gratuita, incluso si es el más caro, que cuesta 50 dólares. Audible solo busca que pruebes su servicio de audiolibros. Si cancelas antes de 30 días, te quedas con el audiolibro que elegiste para siempre y no te cobrarán nada.
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