10 Hábitos para amanecer con más energía
En el mundo existen dos clases de personas: aquellas que madrugan sin ningún problema, inician su día con mucha energía; y aquellas que, tras dormir ocho, nueve e incluso diez horas, se despiertan aún más cansadas que cuando se acostaron. Si te identificas con este último grupo, déjame decirte que todo eso obedece a una serie de malos hábitos que se encuentran dentro de la gran mayoría de acciones realizadas durante el día, sobre todo las de las horas previas a dormir y las que realizas apenas te levantas. Veamos cuáles son y qué hábitos debes modificar para despertarte con más energía.
Mantén tu habitación ordenada
Si bien es importante mantener el orden en cada espacio del hogar, la habitación en la que descansamos tiene aún más importancia. Tener el cuarto acomodado contribuye a la calidad de nuestro sueño. Según la filosofía oriental del feng shui, ordenar nuestra habitación de manera adecuada nos permite tener un pleno control sobre ella. Esta corriente sostiene que debemos ubicar nuestra cama en una posición en la que, estando acostados, podamos ver la puerta del dormitorio. Esto nos transmite una sensación de seguridad y nos ayuda a alcanzar más rápido el umbral del sueño.
Evita consumir café antes de dormir
Uno de los factores a tener presente para dormir de manera natural tiene que ver con el tipo de alimentos y bebidas que consumimos en las horas previas al descanso. Beber estimulantes o cualquier producto que contenga cafeína, como el café o algunas gaseosas como la CocaCola, afecta nuestro sistema digestivo y el ciclo de sueño. Esto puede provocar un descanso interrumpido y amanecer al día siguiente un tanto agotados. Así que, si eres de esas personas que requieren un café para sobrellevar sus tardes, evita tomarlo al menos cuatro horas antes de irte a dormir y así podrás amanecer con energía.
Ve al baño antes de dormir
A la hora de dormir, uno de los hechos que suele afectar este proceso tiene que ver con la interrupción del sueño a raíz de que nuestro cuerpo no está totalmente relajado. Si no vamos al baño antes de finalizar la jornada, nuestros riñones trabajarán durante horas hasta levantarnos e ir al baño. Para evitar romper nuestro ciclo de sueño, es importante establecer una rutina nocturna que incluya ir al baño antes de dormir.
Utiliza la alarma a tu favor
La alarma puede ser una buena herramienta para despertarnos, pero es importante utilizarla adecuadamente. Lo ideal es no depender de ella y, en caso de usarla, no posponerla repetidamente. En su lugar, podemos elegir un tono agradable de escuchar o poner nuestra canción favorita para recibir el día de la mejor manera. Si aún así, al despertarte, silencias la alarma y sigues durmiendo, puedes llevarla a un lugar de la habitación que implique tener que levantarte para apagarla. Esto te ayudará a despertar más rápido.
Establece el hábito de levantarte a la misma hora
La hora a la que nos levantamos a lo largo del tiempo determina el nivel de nuestras actividades. Si durante la semana nos despertamos a distintos horarios, nos resultará difícil consolidar un hábito productivo y establecer una rutina a seguir. Lo mismo ocurre los fines de semana, si comenzamos tarde un sábado o domingo. Por eso, es importante establecer un horario fijo para despertarse y mantenerlo en el tiempo, para dar lugar a una rutina saludable y organizada.
Piensa en algo positivo apenas te levantes
Se dice que los primeros pensamientos que tenemos en la mañana al despertar nos condicionan el resto de nuestro día. Por eso, es importante comenzar el día con un pensamiento positivo. En lugar de quejarnos o centrarnos en cosas negativas, podemos enfocarnos en recuerdos agradables y planes futuros. Nutrirnos con frases motivacionales también nos dará ánimo para iniciar nuestro día de forma positiva. Recuerda que nuestros pensamientos determinan nuestra energía.
Exponte a la luz
Así como la oscuridad total nos induce al sueño, la luz nos ayuda a poner nuestro organismo en alerta al despertar. Exponernos a la luz activa ciertas cuestiones químicas en nuestro cuerpo, como la producción de melatonina, la hormona encargada del sueño. Para enviar la señal a nuestro cerebro de que el día ha comenzado, podemos encender un foco para iluminar la habitación, abrir las ventanas o dar un breve paseo a la luz del sol.
Bebe agua al despertar
Durante el descanso nocturno, es normal que perdamos líquidos a través de la sudoración y amanezcamos un poco deshidratados. Para evitar dolores de cabeza, fatiga o estrés, es fundamental que, ni bien nos levantemos, bebamos un vaso de agua. El agua activará nuestro metabolismo y nos ayudará a despertar y cargar de energía.
Desayuna de forma nutritiva
No hay nada más saludable para el organismo que comenzar el día con una alimentación nutritiva. El desayuno es la comida más importante del día, ya que es lo primero que consumimos y determina en gran medida la energía que tendremos a lo largo del día. Alimentarnos con alimentos nutritivos, como huevos, aguacate y jugo natural de naranja, en lugar de gaseosas y harinas, nos proporcionará una rutina cargada de energía.
Haz ejercicio por la mañana
Realizar ejercicio por la mañana es una conducta muy beneficiosa en todos los aspectos. Después del desayuno, establecer una rutina de actividades físicas nos cargarán de energía y nos brindarán felicidad y motivación a través de la producción de endorfinas en nuestro cerebro. Incluso realizar estiramientos o una sesión de yoga será favorable para nuestro organismo al comenzar el día de manera óptima.
En conclusión, cambiar nuestros hábitos matutinos garantizará una rutina útil y el inicio de una vida exitosa. Al levantarnos temprano, podremos comenzar la jornada de forma productiva y, al mismo tiempo, disfrutar de un momento de intimidad con nosotros mismos para reflexionar, planificar nuestros proyectos personales o disfrutar de un pasatiempo. Aplicar estos hábitos nos proporcionará una rutina saludable y una vida cargada de energía.
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