El término normalmente se aplica a esos que no desean gastar su dinero. El avaro opta por no asumir costos ni inversiones aun a costa de abandonar sus comodidades. No confundas a alguien con los puños cerrados con alguien que ahorra con un propósito o que no posee dinero para gastar.
La primera cosa que hay que entender sobre el término que iremos a investigar, avaro, es su origen etimológico. En este sentido se puede decir que hay múltiples teorías sobre esto, si bien la que consigue mayor fuerza es la que establece que deriva del italiano, mucho más exactamente de la palabra “tacaño”.
Es un adjetivo que se emplea para calificar a un individuo avariciosa o avariciosa. Avaricioso, por consiguiente, es el que ahorra o reserva algo, quedándoselo para sí.
El derrochador
¿Eres tú? Como recomienda el nombre, al derrochador le agrada gastar dinero y, de manera frecuente, puede llevarlo a cabo por impulso. Al derrochador le agrada obtener regalos y derrochar, así sea para él, sus amigos o su familia. El derrochador puede combatir inversiones y deudas arriesgadas, y puede no tener sus ahorros en orden.
Consejos para una mejor administración del dinero: Respete algunos límites y aprenda a regentar su presupuesto de forma capaz. Llevar a cabo un presupuesto lo va a ayudar a ahorrar para los costos precisos, planear con anticipación de forma mucho más eficaz y gastar con mayor seguridad.
¿Puedes parar de ser tacaño?
El avaro no sabe que lo es. Se considera un enorme administrador económico, preciso en el hogar. La gente que te cubren tienen la posibilidad de tener temor de decirte lo que opínan sobre tu actitud, así sea pues es dependiente de ellos o por el hecho de que podría radicalizar aún mucho más la situación.
Si la persona consigue saber su inconveniente es eminentemente por el hecho de que ve comprometida su historia popular y también íntima. Pero en la mayoría de los casos no está clarísimo qué llevar a cabo para mudar. Es conveniente asistir al sicólogo, valorar tu inconveniente y entablar las pautas a continuar. Esto les va a ayudar a distinguir los ahorros positivos de la avaricia por el dinero, prestar mucho más atención a los sentimientos que a las cosas materiales. Mudar no es moco de pavo, pero tampoco es realmente difícil. Con intención y deber se puede conseguir un enorme avance.
Aislamiento popular
La cromofobia asimismo puede conducir al aislamiento popular. En el momento en que tienes amigos, siempre y en todo momento sales considerablemente más y gastas dinero. Así sea para tomar una copa, viajar, comer, etcétera. Siempre y en todo momento es continuo y se debe tener dinero para lograr proseguir el ritmo. Evidentemente, aun si tienen dinero, la gente con cromofobia tienen la posibilidad de elegir aislarse para no tener que gastar un dólar plus.
Esta es otra de las secuelas mucho más negativas de esta patología; que un individuo escoge dejar a sus amigos por su temor incontrolable a gastar dinero.
El euro
España, como integrante de la Unión Europea, usa desde 2002 el euro, cuyo símbolo es “— y cuyo código en todo el mundo es “EUR’. Un euro se distribuye en cien partes, llamadas «céntimos»; no se usa «centavos», como es la situacion con otras monedas.
La palabra “euro” es un substantivo y tiene un plural regular: “euros”. Entonces mencionamos: “un euro, 2 euros, tres euros…”.