Descubre las claves del éxito financiero: lo que los ricos hacen y los pobres no

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El arte de hacer dinero: Diferencias entre personas ricas y personas pobres

«El Arte de Hacer Dinero» escrito por el inversor Mario Borgino es un libro fantástico que nos permite entender cómo funcionan las finanzas personales a través de una explicación clara sobre cómo funciona el mundo financiero. Borgino nos comparte las 17 diferencias que existen entre las personas de mentalidad rica y las personas de mentalidad pobre. A continuación, te invito a prestar mucha atención para que puedas mejorar tu realidad financiera a partir de estas enseñanzas.

Diferencia número 1: La gente rica cree que puede construir su vida, la gente pobre cree que la vida no se puede controlar

Si deseas forjar riqueza, es esencial que tengas la convicción de ser el arquitecto de tu propio destino, especialmente en términos financieros. En caso de carecer de esta creencia, te resultará difícil visualizar el hecho de que tienes el poder de guiar tus acciones y renunciarás al dominio personal sobre tus logros económicos. Si te falta carácter para tomar el mando de tu vida, te verás como una víctima y atribuirás tu falta de prosperidad a las circunstancias que te rodean. Además, buscarás justificar los eventos que ocurren porque dirás que la responsabilidad de tu vida le compete a otros, como tu familia o los políticos.

Esto hará que siempre estés remarcando que eres pobre por las desigualdades sociales y tu actitud de víctima hará que lleguen más limitaciones a tu vida. Si tú mismo no asumes un papel activo para tu propio bienestar, ten por seguro que nadie lo hará.

Diferencia número 2: La gente rica piensa en grande, la gente pobre piensa en los obstáculos

El tiempo que tenemos en esta existencia es demasiado limitado como para emplearlo en ambiciones modestas. Su experiencia vital podría cambiar de manera drástica en el momento en que decida adoptar una mentalidad expansiva. Si lo hace de esa manera, se liberará de las restricciones autoimpuestas en cuanto a sus asuntos financieros. Haga un análisis personal sobre cuáles son sus deseos para su trayectoria, cómo pretende enfrentar los desafíos y en qué nivel aspira a desenvolverse.

Además, es fundamental reconocer que los ingresos derivados de un trabajo tradicional están sujetos a un límite en contraste con la abundancia que surge de las inversiones cuando se tienen ingresos pasivos que trabajen a su favor. La riqueza pasa a ser prácticamente ilimitada.

Diferencia número 3: La gente rica piensa en su riqueza, la gente pobre piensa en sus ingresos

Frecuentemente se escucha la pregunta «¿cuál es tu salario?». Sin embargo, rara vez la gente se plantea la pregunta «¿cuál es tu nivel de riqueza?». Quienes dirigen su atención hacia la riqueza están considerando sus activos, flujos de ingresos y decisiones de inversión. Además, no hay que pasar por alto que sus ganancias provienen tanto de su empleo regular como de deudas inteligentes, las cuales pueden adquirirse como una forma de apalancamiento. Es decir, utilizando los recursos de otros para beneficio propio.

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Estas estrategias no son contempladas por aquellos con mentalidad limitada, quienes solo se concentran en cambiar de trabajo para conseguir un sueldo mejorado. Por consiguiente, su enfoque está puesto únicamente en la subsistencia en lugar de aspirar a una verdadera riqueza.

Diferencia número 4: La gente rica actúa para ganar dinero, la gente pobre se paraliza en todo momento

Una gran cantidad de individuos dedican la totalidad de sus vidas a las consideraciones monetarias. Algunos juegan por la prosperidad económica, otros se sumergen en la meditación constante y hay quienes optan por ejercicios de visualización en donde creen que con solo pensar en la riqueza será suficiente. No obstante, en la práctica ninguna de estas acciones conduce efectivamente a la acumulación del dinero. El verdadero origen de la prosperidad radica en cómo se administran las finanzas y no en los pensamientos que se tienen sobre ellas.

Por lo tanto, conviene cuestionarse por qué la mayoría de las personas tienden a limitarse a la imaginación del dinero cuando no lo tienen o también almacenarlo debajo del colchón cuando ganan unos cuantos centavos. La respuesta a esto se halla en el temor, la incertidumbre, la ansiedad y la falta de conocimiento sobre la correcta administración. Al no hacerlo se pierde la verdadera fortuna, la cual se construye con la mesura y la prudencia.

Diferencia número 5: La gente rica piensa en aprender y crecer, la gente pobre piensa que ya sabe todo

Si aún no has alcanzado la riqueza pero te distingues por tu arduo trabajo y un salario satisfactorio, entonces es evidente que existe un aspecto del dinero que aún no has descubierto. El dinero actúa como un generador de ganancias cuando uno sabe cómo emplearlo correctamente. De ahí la importancia de continuar adquiriendo conocimientos sobre las dinámicas financieras para experimentar un crecimiento económico. Mejorarás en la toma de decisiones, aumentarás el control y la seguridad financiera, y desarrollarás más oportunidades de crecimiento.

Diferencia número 6: La gente rica tiene mentalidad de abundancia, la gente pobre tiene mentalidad de escasez

La perspectiva de abundancia facilita la identificación de oportunidades para el desarrollo tanto para sí mismo como para quienes le rodean. El hecho de pensar en grandes cantidades nos demuestra que los recursos son abundantes y por eso todos podemos disfrutar del progreso. En cambio, aquellos que viven con una mentalidad de escasez siempre adoptan una visión escasa que les impide entender que el progreso puede ser para varios y no solo para uno. Muchos pobres asumen que si alguien más tiene dinero significa que ellos nunca van a poder tener.

Esta mentalidad lleva a que muchas personas se sumerjan en la competencia constante, incluso con su propia familia y amigos. Ven la riqueza ajena como su propia hambruna y les resulta difícil aceptar los logros de los demás. Brindar abundancia traerá invariablemente mucha más abundancia.

Diferencia número 7: La gente rica es proactiva, la gente pobre es reactiva

Aquellos que tienen una mentalidad de escasez se inclinarán a encontrar culpables para justificar su falta de prosperidad. Muchos atribuirán su situación adversa a factores externos, como la falencia educativa de sus padres, la corrupción gubernamental o simplemente la mala suerte. Pero raramente señalarán su propia falta de conocimientos financieros. Los proactivos asumen la responsabilidad de construir su bienestar económico y eso los lleva a trabajar diligentemente para lograrlo. Por supuesto, asumiendo retos y circunstancias adversas, las cuales les fortalecen y les permiten desarrollar capacidades más innovadoras y creativas.

Diferencia número 8: La gente rica se expone a los métodos de inversión, la gente pobre busca lugares secretos para esconder el dinero

Aquellos con limitaciones económicas tienden a concebir el ahorro como un medio para gastos inmediatos y además creen que al guardar unos cuantos dólares al mes será suficiente como para alcanzar la libertad financiera. Sin embargo, la falta de ambición y conocimiento les impide advertir la falla en este enfoque. Si solo se piensa en ahorrar unos cuantos billetes al mes, los gastos repentinos y la inflación harán que rápidamente se pierda el dinero conservado. Además, los que guardan el dinero en efectivo pueden arriesgarse a pérdidas bien sea por un robo o por algún deterioro del dinero debido a la humedad.

Por otro lado, aquellos que poseen una mentalidad próspera entienden que el ahorro debe ser constante pero con la finalidad de darle un mejor uso por medio de la inversión, con la cual podrán hacer crecer su dinero mediante alternativas diversificadas.

Diferencia número 9: La gente rica tiene mesura con el dinero, la gente pobre se deja llevar por las apariencias

Las personas con recursos limitados a menudo gastan como si de ricos se trataran. El juego de las apariencias les gana en todo momento y por eso derrochan lo que tienen o se endeudan para aparentar un nivel económico que no poseen. Si la mentalidad se basa en el derroche, no importa cuánto dinero ganen en el presente, su nivel financiero acabará ajustándose a esa mentalidad en un futuro cercano. Por otro lado, aquellos con una mentalidad de riqueza establecen las bases mentales para multiplicar sus activos.

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La habilidad de pensar como alguien próspero antes de alcanzar la prosperidad es un principio universal que se extiende a todas las áreas de la vida. La verdadera libertad se construye con la mesura y la prudencia.

Diferencia número 10: La gente rica juega a ganar, la gente pobre juega a no perder

Aquellos con una perspectiva de escasez adoptan una postura defensiva en lugar de ofensiva. Priorizan la supervivencia y la búsqueda de seguridad en vez de la creación de riqueza y de la prosperidad abundante. Además, muchos pobres se adhieren a una actitud pasiva que les lleva a esperar que su intensa dedicación al trabajo les garantice una gran prosperidad, como si la vida tuviera la responsabilidad de recompensarlos por sus esfuerzos laborales.

Por otro lado, quienes tienen una mentalidad proactiva abrazan las dificultades como si se trataran de propulsores, dado a que no piensan poner los problemas como obstáculos en su camino, sino como alicientes del progreso. Es crucial asumir riesgos calculados para construir el bienestar económico.

Diferencia número 11: La gente rica se compromete y trabaja para ser rica, la gente pobre desearía ser rica

Las personas con grandes cantidades de dinero suelen tener un enfoque activo y dedicado para alcanzar y mantener su prosperidad. Están dispuestas a tomar medidas concretas y trabajar arduamente con el fin de construir su riqueza. En contraste, las personas con recursos limitados simplemente desean tener riqueza, pero a menudo carecen de la determinación y las acciones decisivas necesarias para lograr ese objetivo. Es esencial tomar acciones significativas y comprometerse con metas financieras claras y realistas.

Diferencia número 12: La gente rica estudia y analiza a los otros ricos, la gente pobre siente envidia o rabia hacia los que tienen dinero

Aquellos que mantienen una perspectiva limitada a menudo experimentan envidia y observan con recelo la fortuna de los individuos adinerados. Si consideras la riqueza como algo negativo o si crees que el dinero es la raíz de los problemas sociales, es natural que no tengas el deseo real por alcanzar la riqueza. Muchos están convencidos de que la desigualdad económica es resultado de la riqueza de algunos, por lo que se ven a sí mismos como víctimas de la prosperidad y buscan evitarla a toda costa.

Por otro lado, aquellos que abrazan una mentalidad de prosperidad invierten en el desarrollo de sus habilidades y buscan ampliar sus conocimientos relacionados con el dinero.

Diferencia número 13: La gente rica acepta que le paguen por resultados, la gente pobre quiere que le paguen por el tiempo trabajado

Quienes abrazan un pensamiento próspero enfrentan desafíos, riesgos e incertidumbre. Tienen confianza en sus capacidades y buscan oportunidades de progreso que la mayoría evita. Por otro lado, aquellos con una mentalidad de escasez priorizan la seguridad y anhelan ser recompensados por lo que ya han laborado. Mantener una obsesión por la seguridad lleva a vivir en un estado de temor constante. La capacidad para generar riqueza proviene de la habilidad para tomar decisiones sabias, basadas en principios financieros, y no depender únicamente de deseos pasivos.

Diferencia número 14: La gente rica maneja muy bien su dinero, la gente pobre no sabe cómo administrar su dinero

El factor distintivo que marca a las personas acomodadas es su habilidad para gestionar eficazmente sus finanzas. Quienes adoptan una mentalidad de prosperidad no destacan por su intelecto superior, sino en la consolidación personal de hábitos financieros positivos. En cambio, un porcentaje significativo de aquellos que tienen una mentalidad de pobreza suelen carecer de las destrezas necesarias para administrar sus recursos, pues nunca se han detenido realmente a pensar sobre la importancia del manejo correcto del dinero.

Mantener el hábito de administrar las finanzas es de mayor trascendencia que el disfrute momentáneo que se percibe al recibir un salario.

Diferencia número 15: La gente rica hace trabajar muy duro su dinero, la gente pobre para ganar dinero se autoconvence de que hay que trabajar lo más duro posible

El esfuerzo es crucial, pero si se limita a eso, difícilmente se alcanzará la riqueza. Es necesario lograr que tus ingresos trabajen a tu favor. Existen personas sumamente dedicadas que llevan dos empleos o prolongan sus jornadas hasta altas horas de la noche, pero ¿han logrado la prosperidad deseada mediante este arduo trabajo? La respuesta es negativa, a menos que entiendan que se debe destinar tiempo para poner su propio dinero a realizar las horas extra. No se trata de trabajar más, sino de educarse en las buenas alternativas de inversión que le den un norte productivo a su dinero.

Diferencia número 16: La gente rica piensa en el crecimiento para el futuro, la gente pobre piensa en la satisfacción a corto plazo

Cuando las personas adoptan una mentalidad limitada, su enfoque se centra en cómo pueden disfrutar de manera inmediata. Sin embargo, aquellos que abrazan una mentalidad de prosperidad invierten en el desarrollo de sus habilidades y buscan ampliar en la mayor cantidad posible sus conocimientos relacionados al dinero. Los ricos reconocen que el secreto de su éxito radica en planificar a largo plazo, dejando de lado placeres inmediatos y priorizando los conocimientos duraderos.

Diferencia número 17: La gente rica toma decisiones económicas racionales, la gente pobre toma decisiones económicas por impulso

Las decisiones relacionadas con el dinero demandan reflexión, análisis y búsqueda de asesoría para reducir el riesgo. Es fundamental comprender los principios que gobiernan las finanzas y basar tus elecciones en estos para minimizar cualquier riesgo potencial. La precaución que ejerzas debe ser proporcionada al nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir. Por otro lado, las personas impulsivas justifican sus elecciones por la influencia de la publicidad, la cual aprovecha la debilidad emocional para convencerte de adquirir artículos intrascendentes.

Siendo así, es importante cuestionar las compras que surjan de un capricho momentáneo y ser más racional en las decisiones económicas.

En resumen, estas diferencias entre personas ricas y personas pobres nos dan una clara idea de la mentalidad y los hábitos financieros que marcan la diferencia en la construcción de la riqueza. Es importante tener en cuenta que la mentalidad próspera no se logra de la noche a la mañana, requiere tiempo, esfuerzo y dedicación para cambiar nuestros patrones de pensamiento y hábitos financieros. Pero, al adoptar una mentalidad de abundancia y tomar decisiones racionales en relación con el dinero, estaremos en el camino correcto hacia la independencia financiera y la prosperidad.

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