El poder de decir «no»
Imagina que saliste al cine con un grupo de amigos y después de ver la película tus amigos quieren entrar a un restaurante de comida rápida, pero tú no estás interesada en comer una hamburguesa con papas. Quizás estás a dieta y trabajando en ponerte en forma, o simplemente no quieres gastar más. ¿Cuál de estas dos opciones es la manera más efectiva de decir no y seguir con tus propósitos?
Hace algunos años se realizó un estudio donde se dividieron a 120 estudiantes en dos grupos. Lo que diferenciaba a ambos grupos era que uno debía utilizar la frase «no puedo» y el otro grupo «no hago». Al primer grupo se les dijo que cada vez que se enfrentaran a una tentación debían responder «no puedo hacer x cosa». Por ejemplo, cuando les ofrecían una gaseosa, decían «no puedo beber gaseosa». Al segundo grupo se les dijo que debían decir «no hago equis cosa» frente al ofrecimiento de una gaseosa, por lo que ellos decían «no bebo gaseosa».
Después de esto, a cada alumno se le dio una hoja con una serie de preguntas no relacionadas con el estudio. Una vez que terminaron de contestarlas, los estudiantes fueron a entregar su hoja pensando que el estudio había terminado. Pero en realidad, ahí les esperaba la prueba. Al momento de entregar su hoja de respuestas, se les ofreció a cada alumno un regalo de cortesía: una barra de chocolate o una barra saludable de granola. El investigador marcaba la elección de regalo hecha por el alumno cuando este se alejaba.
Esto es lo que sucedió: los estudiantes que se dijeron a sí mismos «no puedo comer equis cosa» optaron por comer la barra de chocolate el 61% de las veces. Mientras tanto, los estudiantes que se decían a sí mismos «no como x cosa» optaron por comer las barras de chocolate solo el 36% del tiempo. Este simple cambio de terminología mejoró significativamente las probabilidades de que una persona eligiera alimentos más saludables. Pero, ¿por qué funciona?
Decir que no podemos hacer algo, por ejemplo, «no puedo comer dulces», implica que estamos restringidos de alguna forma. Viene desde una posición de limitación y nos envía el mensaje de que nos estamos forzando a hacer algo que realmente no queremos. Por otro lado, cuando decimos «yo no como dulces», implica que hemos tomado la decisión. Viene de una posición de empoderamiento, es decir, lo refuerza el hecho de que somos el tipo de personas que no comen dulces. Además, decir «yo no hago esto» es un argumento sólido para los demás.
En otras palabras, no importa cuánto me tientes con el dulce, al decir «no como dulces», no te dejo espacio para convencerme.
Mi esposo me contaba que en una reunión con sus compañeros de la universidad, le estaban insistiendo en beber una cerveza. «¿En serio te negarás a beber con nosotros?», le decían. Cuando él respondió «no quiero», le siguieron insistiendo aún más. Incluso si les daba una razón, «no quiero porque no me gusta la cerveza», sorprendentemente todo cambió cuando empezó a decir un simple «no veo alcohol». Después de unas cuantas veces, nadie le estaba cuestionando su decisión.
Ahora ya sabes que es mejor decir «no hago» en lugar de «no puedo» o «no quiero». Porque así es más probable evitar las tentaciones. ¿Cómo aplicarlo a nuestro día a día?
- En lugar de decir «no puedo llegar tarde a la reunión», puedes decir «soy el tipo de persona que no llega tarde a las reuniones».
- En lugar de decir «no puedo fallar en mi hora de entrenamiento», puedes decir «soy el tipo de persona que no se pierde un día de entrenamiento».
- En lugar de decir que «no puedes o no quieres fumar», puedes decir que «no fumas cigarrillos».
- En lugar de decir a ti mismo que «no puedes engañar a tu cónyuge o tu pareja», dile a ti mismo que eres «el tipo de persona que no engaña».
- En lugar de decir que «no puedes gritar a tus hijos u otras personas», di que «no gritas a los demás».
- En lugar de decirte «no puedo gastar en cosas innecesarias», di que «no malgastas tu dinero».
Aprender a decir no es una habilidad que nos ayuda a evitar estar en lugares donde no queremos caer en malos hábitos y, en muchas ocasiones, a ahorrar dinero. Comparte esta información con tus amigos para que ellos también aprendan esta habilidad tan importante.
Nos vemos dentro de nuestra aplicación «Aprendiz Financiero», donde podrás practicar lo aprendido de forma entretenida con preguntas y ejercicios. Aprender sobre finanzas no tiene por qué ser algo aburrido. Si aún no la tienes, en la descripción de este artículo encontrarás el enlace para descargarla en tu celular. ¡Saludos!