Ser ahorrativo o ser tacaño: la diferencia está en los objetivos financieros
Los libros, blogs y canales de finanzas nos animan a ahorrar como un hábito positivo, aunque algunas personas en nuestro entorno puedan tacharnos de tacaños. Pero, ¿cómo saber si realmente somos ahorradores o si estamos convirtiéndonos en tacaños?
María siempre ha soñado con visitar Venecia desde que era niña. Tiene recortes de los hermosos paisajes de la ciudad pegados en la pared de su habitación. Al mirarlos, cree que ese sueño es imposible de alcanzar debido al alto costo del viaje y a su bajo salario. Sin embargo, un día, mientras leía sobre Venecia, se le ocurrió una idea: si reducía algunos gastos, podría ahorrar suficiente dinero para viajar.
Planeando el ahorro
Rápidamente, María comenzó a investigar precios de viajes, alojamiento y otros gastos. Con una sonrisa en los labios, proclamó «¡Lo tengo!». Solo necesitaba identificar dónde podía reducir gastos.
Controlando los gastos diarios
María decidió empezar por las comidas. Siempre compraba la comida fuera de casa, así que decidió empezar a llevar su propia comida al trabajo. También decidió dejar de tomar taxis para ir al trabajo y comenzar a utilizar transporte público. Además, se comprometió a no comprar cosas innecesarias y a decir «no» a las ofertas de sus amigas del trabajo. Poco a poco, María encontró lugares donde podía ahorrar.
La recompensa del ahorro
Al finalizar, María dio un salto de alegría porque sabía que, al ahorrar durante un año, tendría suficiente dinero para viajar a Venecia. Sin embargo, en el trabajo, algunas personas comenzaron a llamarla tacaña por sus cambios de hábitos. María, sin embargo, se mantenía firme en su meta y no se dejaba influenciar por los comentarios negativos.
Ahora, vamos a conocer la historia de Guillermo, quien desde pequeño aprendió a cuidar su dinero. Aunque Guillermo aparenta no tener mucho dinero, él ahorra todo lo que puede y siempre regatea los precios. Su objetivo principal es siempre pagar menos. Guillermo nunca se va de vacaciones y tampoco se permite cenar fuera de casa ni hacer gastos extras. Se aferra a sus posesiones hasta que están totalmente gastadas, ya que considera que así ahorra aún más.
La diferencia entre ser ahorrativo y ser tacaño
Después de conocer la historia de María y Guillermo, entendemos claramente la diferencia entre ser ahorrativo y ser tacaño. María es una persona que ahorra con un objetivo claro: realizar su sueño de viajar a Venecia. Por otro lado, Guillermo es un ahorrativo compulsivo que ahorra sin tener un propósito específico y que puede perjudicar su salud y sus relaciones sociales.
Un ahorrador tiene metas y sabe que al gastar en cosas innecesarias está renunciando a algo más valioso en el futuro. Pero eso no significa que no pueda disfrutar de la vida y reservar un poco de dinero para divertirse de vez en cuando.
Un tacaño, por su parte, se obsesiona con ahorrar a toda costa y no tiene un objetivo definido. Esto puede afectar su bienestar y no le importa dañar sus relaciones personales. Si alguien te llama tacaño, recuerda que si tienes una meta clara para la cual estás ahorrando, no debes dejar que eso te detenga. Y si persisten, puedes sugerirles que vean este video.
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