Por qué tu jubilación y pensión están en riesgo de suspensión
Imagina una casa de tres plantas donde conviven tres generaciones. Los menores de 18 años viven en la planta de arriba, los adultos en la planta del medio y los mayores de 65 años en la planta de abajo. Esta distribución se debe a un acuerdo peculiar.
Los habitantes de la última planta y de la planta baja no tienen que hacer las compras ni cocinar. Los adultos de la planta intermedia se encargan de alimentar a todos los residentes de la casa. Con su esfuerzo y sus propios recursos, les cocinan y les dan de comer, sin esperar nada a cambio, excepto una cosa.
Cuando estos adultos sean mayores, desean mudarse a la planta baja y esperan que los jóvenes de la última planta ocupen la planta intermedia y cocinen para ellos y para todos los demás habitantes de la casa.
Este acuerdo ha funcionado durante años, pero lamentablemente ha surgido un problema. Ha habido menos jóvenes que han nacido en la casa de tres plantas, lo que significa que no hay suficientes personas para cocinar y mantener a los ancianos. Aunque los adultos se esfuerzan, la comida no alcanza para todos y muchos de los ancianos sufren hambre.
Esta casa representa a un país: los jóvenes son las personas que aún no trabajan, los adultos son los que trabajan y aportan al sistema de pensiones, y los ancianos son los jubilados que reciben pensión gracias al dinero que aportan los adultos. Pero si no hay suficiente gente trabajando y aportando al sistema de pensiones, no habrá suficiente dinero para pagar las pensiones o serán mucho más bajas de lo que esperábamos.
¿Cómo asegurar nuestro futuro sin importar si recibimos una pensión?
Hay tres cosas que podemos hacer:
- Ahorrar e invertir parte de nuestros ingresos para usar ese dinero cuando seamos adultos mayores. Un fondo nos permitiría disfrutar del otoño de nuestra vida cuando ya no tengamos la fuerza para trabajar.
- Encontrar un trabajo que podamos seguir haciendo incluso cuando seamos adultos mayores. Si disfrutamos nuestro trabajo, no pensaremos en retirarnos temprano. Si tenemos un trabajo físicamente exigente, deberíamos considerar cambiarlo o modificarlo antes de ser mayores.
- Desarrollar nuestro propio negocio que nos proporcione una fuente de ingresos. Al principio, es posible que seamos los únicos trabajadores, pero a medida que consigamos clientes, podremos delegar tareas o aprovechar la tecnología. Incluso podríamos crear una empresa que funcione sin nuestra presencia y obtener beneficios como propietarios.
Cada una de estas opciones requiere tiempo y esfuerzo, pero es importante comenzar lo antes posible. Cuanto más temprano empecemos a ahorrar y asegurar una fuente de ingresos estable, más fácil será enfrentar los años de la vejez.
¿Por qué es tan importante prepararse para la vejez?
Prepararnos para la vejez nos ayuda a minimizar el riesgo. No podemos confiar plenamente en el sistema de pensiones ni en que nuestros hijos se harán cargo de nosotros. Es más seguro tomar medidas para jubilarnos sin preocupaciones financieras. Si por suerte recibimos la pensión, entonces será un extra que podremos usar con libertad.
¿Y tú, qué opinas sobre este tema? ¿Te estás preparando para tu jubilación? ¡Déjame tu comentario!