Las diferencias entre los ricos y los pobres para alcanzar la riqueza
La mayoría de los ricos no contaron con una herencia para poder disfrutar del éxito en sus vidas. Muchos de ellos crearon sus fortunas a partir de estrategias bien pensadas y muy bien ejecutadas. Esto nos demuestra a todos que no se requiere de suerte o de padres adinerados para poder alcanzar altos niveles de riqueza. Sin embargo, muchas personas pobres desconocen cuáles son los hábitos que influyen de manera positiva a la hora de acumular grandes cantidades de dinero.
Es por eso que en este artículo te presentaré las cinco cosas que hacen los ricos y los pobres no, para que puedas emplear desde hoy mismo las estrategias ganadoras que conducen al éxito financiero.
La diferencia número 1: Ahorrar tiempo vs ahorrar dinero
Si te preguntaran en este momento cuál es la diferencia básica entre un rico y un pobre, lo más seguro es que respondas que es el dinero. Sin embargo, la diferencia del dinero es el resultado de una serie de comportamientos que posibilitan su acumulación. La cuestión en este asunto es que no se trata de estrategias imposibles de implementar, porque todas tienen un componente clave al que todos podemos acceder: el cambio de mentalidad.
Cuando nuestra mente asume como algo normal el comportamiento eficiente que tienen los ricos, comenzamos a entender que los beneficios económicos no son más que el resultado de la constancia y el compromiso por aplicarlos en nuestras vidas. Es por eso que te invito a escuchar atentamente estas cinco diferencias para que el dinero sea un aliado en tu vida.
Diferencia número 1: Ahorrar tiempo vs ahorrar dinero
Los pobres invierten tiempo para ahorrar dinero, mientras que los ricos invierten dinero para ahorrar tiempo. Esta es una de las principales razones por las que los ricos mejoran su vida mientras los demás reducen sus posibilidades de obtener riquezas.
Muchas personas pobres buscan ahorrar al máximo cualquier moneda que les sea posible. Esto hasta cierto punto es bueno dadas las condiciones económicas actuales. Sin embargo, llega un momento en el que pretender ahorrar dinero termina costándonos una enorme cantidad de tiempo que podría representarnos un mayor provecho en otras esferas de nuestras vidas.
Los ricos, por otro lado, prefieren pagar para ahorrarse tiempo. Por ejemplo, si un rico tiene el coche sucio, no se va a poner a lavarlo para ahorrar los costos de esto, sino que lo lleva a alguna lavandería o busca a alguien de su sector para que lo haga. De esta manera, el rico evita perder horas en esa tarea y aprovecha el tiempo de sobra para cualquier tarea o actividad que le sea más útil.
En resumen, los ricos comprenden que el tiempo es un recurso valioso que no se recupera, mientras que el dinero va y viene. Por lo tanto, buscan invertir su dinero para ganar tiempo y aprovecharlo de la mejor manera.
Diferencia número 2: Gastar vs invertir
Los pobres piensan en gastar el dinero que les sobra, mientras que los ricos piensan en invertir parte de lo que ganan. Al final del mes, todos tenemos que pagar los compromisos mensuales y una vez recibimos el dinero ganado, bien sea como trabajador o como empresario, en muchos casos nos puede llegar a sobrar una parte de dinero con la que podemos disponer a gusto.
Aquí es donde se nota una diferencia clara entre pobres y ricos. La mayoría de los pobres, cuando les sobra dinero, piensan inmediatamente en cómo podrían gastarlo, ya sea comprando un nuevo producto tecnológico, asistiendo a un concierto importante o dándose algún gusto con cualquier cosa que esté en tendencia.
Por su parte, los ricos implementan un sistema de crecimiento en donde el dinero sobrante no se gasta, sino que se invierte para hacerlo crecer. Los rendimientos de este se aprovechan y se vuelven a reinvertir, creando un ciclo de crecimiento económico en donde se puede disfrutar de las ganancias y aumentar el patrimonio.
En resumen, los ricos entienden que el dinero puede generar más dinero si se invierte de manera inteligente. Por lo tanto, en lugar de gastarlo en cosas innecesarias, lo utilizan como capital para hacer crecer su patrimonio y generar mayores ganancias.
Diferencia número 3: Esperar vs mejorar en el proceso
Los pobres no se sienten preparados para avanzar, mientras que los ricos mejoran en el proceso. Una dificultad que presentan algunas personas pobres es que les falta confianza en sí mismas. A pesar de estar llenas de talentos y habilidades, carecen de la confianza suficiente para sacar el máximo provecho a lo que han aprendido.
La mayoría espera el momento ideal para empezar e incluso algunos llegan a requerir de la aprobación de los demás. El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen sientan que nunca se encuentran a la altura de las circunstancias o que sean incapaces de aceptar que merecen lo que han obtenido como fruto de su trabajo.
Por el contrario, los ricos hacen todo lo que está a su alcance para hacer bien las cosas desde el comienzo, pero no esperan a saberlo todo antes de empezar. Ellos dan los primeros pasos y perfeccionan lo que están haciendo en el proceso. Los ricos trabajan mucho y creen que es perfectamente apropiado ser bien recompensados por sus esfuerzos y por el valor que aportan a los demás.
Diferencia número 4: Idealizar un gran plan vs ejecutar objetivos específicos
Los pobres idealizan un gran plan para el futuro, mientras que los ricos ejecutan objetivos específicos en el presente. Es natural que todos pensemos en las cosas que nos gustaría experimentar en el futuro, soñando con un mejor estilo de vida y realizando las cosas que nos apasionan de la mejor manera. Sin embargo, la diferencia entre los pobres y los ricos es que estos últimos no se dejan absorber por la fantasía, sino que trabajan de forma constante para que en el futuro, los planes se conviertan en una realidad.
Cuando planeamos en grande, nuestra mente se emociona por la idea fantástica que se recrea con los pensamientos. Sin embargo, si el plan es demasiado grande o implica un tiempo prolongado para hacerse realidad, el cuerpo no logra ponerse en marcha para efectuarlo porque resulta abrumador y se identifica que no hay condiciones ni recursos necesarios para lograrlo.
Lo que las personas ricas hacen en estos casos es subdividir el gran plan en pequeños objetivos. Por ejemplo, si quieres conseguir algo en un año, identificarás qué acciones puedes realizar cada mes a partir de hoy para lograrlo. De esta manera, la mente no tendrá que preocuparse por la totalidad del plan, sino por una pequeña fracción del mismo.
En resumen, los ricos entienden que un pequeño objetivo bien definido los llevará a establecerse uno mucho más grande. Dividir el gran plan en pequeños objetivos facilita la acción y nos acerca cada vez más a la meta final.
Diferencia número 5: Creer que nadie puede hacerlo mejor vs delegar
Los pobres piensan que nadie puede hacer el trabajo mejor que ellos, mientras que los ricos buscan gente que esté igual o mejor capacitada para delegar esas funciones. Para ser exitoso, se necesita de los demás. Es indispensable que, al momento de crear una empresa, seamos conscientes de la importancia de constituir un buen equipo de trabajo.
Si la empresa solo depende de ti para cumplir con las funciones, significa que no eres un emprendedor, sino un autoempleado. Además, tendrás que estar al 100% para cumplir con todas las obligaciones, lo que impedirá que tengas tiempo para descansar y que no cuentes con la posibilidad de hacer crecer tu negocio, porque serás el encargado de las pequeñas funciones.
Los ricos, por otro lado, invierten con gran dedicación en los buenos socios y empleados, al igual que en la idea del negocio. Ellos saben que pueden ser muchas cosas, pero delegan funciones para poder hacer otras de mayor repercusión. Cuando hay gente talentosa a tu alrededor, puedes separarte de las funciones más pesadas y de los pendientes pequeños, lo que te hará ganar mucho más espacio de maniobra para que el negocio crezca y no se limite a resultados mínimos.
En resumen, los ricos entienden que necesitan de un equipo capacitado y confiable para cumplir con las metas y objetivos establecidos. Delegar funciones permite concentrarse en las tareas de mayor importancia y tener un impacto más significativo en el crecimiento del negocio.
En conclusión, las diferencias entre los ricos y los pobres a la hora de alcanzar la riqueza son claras. Los ricos invierten su tiempo y dinero de manera inteligente, piensan en invertir en lugar de gastar, no esperan a estar completamente preparados para avanzar, ejecutan objetivos específicos en el presente en lugar de idealizar grandes planes para el futuro, y buscan delegar funciones en lugar de pensar que nadie puede hacerlo mejor que ellos. Si implementas estos hábitos en tu vida, estarás más cerca de alcanzar el éxito financiero.